Dicen que el nombre condiciona a quien lo recibe.
Si a uno al nacer lo llaman coprolalia, cuchufleta, chirigota, dicterio, escatolalia, garabato, grosería, improperio, insulto, lisura, obscenidad, machucada, palabreja, palabrota, plebedad, sexolalia, taco o vulgaridad; le dan por apellido palabra malsonante y le dicen que pertenece a la familia de las malas palabras
¿qué puede esperarse de su comportamiento?
Ilustración: Picasso por Dalí
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